Conocido y reconocido por sus índices bursátiles estadounidenses, NASDAQ (acrónimo de National Association of Securities Dealers Automated Quotations) también ofrece índices europeos. De forma similar a sus homólogos estadounidenses, estos índices pretenden medir el rendimiento de los mercados bursátiles en Europa. Los índices europeos Nasdaq cubren las bolsas de Estocolmo, Copenhague, Helsinki, Tallin, Riga, Vilna, Osla y Reikiavik. Fundado en 1971, Nasdaq representa principalmente a la industria tecnológica. Como resultado, los índices Nasdaq pueden ser más volátiles que la media. Desde gigantes tecnológicos a start-ups digitales, las empresas que cotizan en el Nasdaq suelen crecer rápidamente o haberlo hecho en el pasado. Relativamente cíclicas y sensibles a las condiciones económicas, estas empresas tecnológicas pueden, no obstante, ser más arriesgadas que la media, sobre todo en caso de una subida de los tipos de interés que podría afectar a su capacidad de financiación. Para desarrollar sus soluciones y alcanzar una masa crítica, estas empresas pueden tardar a veces varios años en alcanzar la rentabilidad. Se trata de una fase de crecimiento durante la cual pueden ser especialmente vulnerables. Por otra parte, una vez que han alcanzado la madurez, estas empresas pueden disfrutar a veces de ventajas competitivas únicas, debido por ejemplo al efecto de red característico de las plataformas digitales. A lo largo de los años, la composición de los índices Nasdaq ha evolucionado en consonancia con las tendencias tecnológicas. Su representatividad está garantizada por la aplicación de criterios de inclusión y exclusión de empresas, basados en particular en su tamaño y en la liquidez de sus valores.